Este tipo de calderas se caracterizan por disponer de un quemador que toma el aire directamente de la propia sala de calderas y presuriza la cámara de combustión para vencer las pérdidas de carga de la caldera, aunque el funcionamiento de la extracción de humos en la mayoría de los casos es por tiro natural. En el caso de que el funcionamiento de la instalación sea a trio forzado se deberá incluir una junta de silicona en las uniones de la chimenea para asegurar su correcto funcionamiento en sobrepresión.
Los quemadores pueden ser de gas o de gasoil, lo cual no afecta a la características de la chimenea, excepto en el caso de gasoil con alto contenido en azufre que exige el uso de acero inoxidable AISI 316L en su pared interior.
En algunos casos estas calderas se instalan con recuperadores de calor en su salida, lo que provoca el paso a funcionamiento en condensación en los humos. En estos casos será necesario el uso de juntas de silicona (para garantizar la estanqueidad), una pendiente de al menos 3º en tramadas horizontales (ascendente en el sentido de los humos) para evitar el estancamiento de agua de condensación y el uso de acero AISI 316L en la pared interior para garantizar la resistencia a la corrosión.